Un informe de la embajada estadounidense en la capital
ecuatoriana, señala que uno de los principales banqueros de Ecuador, solicitó
apoyo en 2007 para "contrarrestar las políticas" del naciente
gobierno de Rafael Correa, en complicidad con el ex presidente de ese país,
Lucio Gutiérrez.
Lasso al parecer se habría convertido en el estratega de la
oposición y llamó a Nebot, Gutiérrez y Noboa, pero encontró algunos limitantes
para lograr cuajar su estrategia. Según el reporte que Lasso dio a la
embajadora, se asegura que: “Gutiérrez está dispuesto a trabajar con la
comunidad empresarial, pero solo en sus términos”. Mientras que la embajada
norteamericana mostró interés en apoyarlos, con la condición de que “ofrecieran
alternativas responsables”.
Según Lasso, “Noboa no comprende lo que está ocurriendo en
Ecuador. Nebot es el más inteligente de los tres, pero ha optado por ejercer su
papel defendiendo los intereses locales de Guayaquil”.
La campaña
Finalmente el banquero da cuenta a la Embajada de la campaña
publicitaria que sacaría al aire en la que vinculan la gestión del presidente
Correa con la del Gobierno de Venezuela.
El cable indica que Lasso “ha puesto en marcha una serie de
cuñas de radio, que incluye una voz venezolana que discute sobre la situación
en Venezuela y una voz ecuatoriana le responde que no le gustaría la misma
situación para Ecuador”.
Anteriormente otros cables de tres embajadores
estadounidenses en Ecuador emitidos entre 2004 y 2009, y filtrados por
WikiLeaks, revelaron que Gutiérrez consultaba sus decisiones con la Embajada de EE. UU.,
mientras que una serie de periodistas locales de renombre informaban a
Washington con análisis y evaluaciones sobre la situación de Ecuador.
"Política desestabilizadora ya no tiene vigencia"
Por su parte, el historiador y politólogo, Juan Paz y Miño,
opina que la táctica desestabilizadora por parte de EE. UU. “ya ha perdido su
valor”.
“Ese tipo de diplomacia no tiene ya vigencia para lo que es
la realidad del mundo actual, y mucho menos en América Latina (…) Ese tipo de
diplomacia no tiende a reflejar los intereses de nuestras sociedades, sino el
de las grandes corporaciones norteamericanas”, criticó el politólogo.
Además asegura que las grandes potencias, y EE. UU., en este
caso, “deben aprender a convivir y a tratar a la Latinoamérica
contemporánea como una región en la cual existen gobiernos democráticamente
electos que merecen el respeto internacional”.
Artículo completo en:
http://actualidad.rt.com/actualidad/america_latina/issue_39579.html?fb_comment_id=fbc_10150822414907591_22232414_10150836258487591
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