domingo, 20 de mayo de 2012

MALVINAS: APORTES POLÍTICOS Y ESTRATÉGICOS PARA SU CONSIDERACIÓN


 
RECOPILADOS  POR LA  PROFESORA  ELSA BRUZZONE Y   EL  CNL  (R)  JOSÉ LUIS  GARCÍA
Analizando la actitud británica de negarse a negociar con La Argentina la soberanía sobre el Archipiélago constituido por las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur ,puede observarse  que el principal argumento que esgrime para ello es que sus habitantes tienen derecho a la autodeterminación ya que son una población asentada en ellas desde  hace un siglo y fueron víctimas de una ocupación militar en 1982.   Esta   situación  les  otorgaría   el presunto derecho a gobernarse a sí mismos y a crear un Estado asociado a Gran Bretaña. Pero resulta imprescindible tener en cuenta que las personas nacidas en las Islas Malvinas son hoy  una minoría absoluta dentro  del  total  de la población local.   Veamos.  Antes de 1982, los isleños no tenían ciudadanía  británica, eran los Kelpers, ciudadanos de segunda categoría.  Accedieron  a la ciudadanía plena en 1983. Dos  años  más  tarde, en 1985,  se les otorgó autonomía al  crearse  el Falkland Islands Government, conformado  por un Consejo de habitantes de ocho personas, incluyendo al gobernador, que actúa de vínculo con Londres. Desde el   mismo  momento en que los isleños obtuvieron la ciudadanía inglesa y luego la “autonomía”, pudieron acceder en forma automática a la Unión Europea.  Fue así como la mayoría  de  los  jóvenes “autóctonos”  pudo partir y actualmente vive  fuera de las Islas.  Este  hecho  provocó que la  población  disminuyera  y  llevó  a  que  las  Malvinas  se  despoblaran.
Preocupada por ese  desplazamiento,   Gran Bretaña introdujo gran cantidad de inmigrantes desde 1992. Éstos están    conformadas por nativos ingleses, europeos y de otras posesiones coloniales y territorios de ultramar,  de la Commonwealth y aún de Latinoamérica.  Esta  medida  provocó  que   para  el año 2010 los pobladores que hubieran ser podido calificados como “oriundos” se convirtieran  en absoluta minoría  por lo que los   ”isleños nativos,” con las condiciones que presentan los ingleses para negociar con nuestro  país, no constituyen la mayoría necesaria para ejercer el derecho requerido.
Prueba de ello es que el Falkland Islands Government  está integrado actualmente  por tres isleños nacidos en Malvinas y cinco ingleses venidos de afuera. Hoy  un gran porcentaje de los pobladores  civiles  son inmigrantes de Chile, Perú y de algunas colonias inglesas,  traídos  como  mano de obra barata para  las  compañías petroleras o pesqueras de las naciones depredadoras del mar circundante, que se aprovechan de la ocupación.   También  han  arribado  inmigrantes  para comprar propiedades y hacer negocios en las  Islas.  Todos  ellos  se  han  transformado  en  mayoría.  Por  lo tanto  es absurdo  pensar  que  esta  población desee negociar con Argentina.  Su carácter es de  naturaleza  circunstancial para aprovechar la ocupación colonial.  Está  allí  temporalmente por    razones de  trabajo  o  negocios. Cuando  ambos  lleguen  a  su  fin  se  irá,  nuevos  inmigrantes  llegarán  y  la  historia  se  repetirá, hasta que el territorio sea reintegrado a sus legítimos poseedores .
Como se expresó es parte de esta “mayoría” la que compone el  Consejo  del  Gobierno  local  que, con el resto, decidirá  con su opinión en la solución del conflicto.   Esto   permite  afirmar  que  el condicionante  de tener en cuenta los” deseos de los isleños “autóctonos”  carece  de  valor   ya que los   habitantes  actuales son mayormente inmigrantes,  cuya  característica  es  la de una población transitoria y lista a emigrar cuando sus intereses no  hayan  sido  satisfechos    o  sus  contratos  se  hayan  cumplido.
Si se sigue  analizando  el conflicto atentamente se puede observar  que la causa  Malvinas ha  sido definida por las  Naciones Unidas como una disputa por la soberanía de tres grupos de islas que FORMAN UNA SOLA UNIDAD: Malvinas, Georgias y  Sandwich del Sur  y que Gran Bretaña se niega a negociar la soberanía sobre este Archipiélago con Argentina,  sosteniendo enfáticamente   que sus” pobladores autóctonos” han expresado su deseo de mantener su actual situación.  El concepto  que  los  tres  grupos  de  islas  FORMAN  UNA  SOLA  UNIDAD, esgrimido  inicialmente por todas las partes,    actualmente sólo    está sostenido como tal por  Argentina y  Naciones  Unidas ya que,  en 1985   y  de  manera  unilateral,  Gran Bretaña dividió al Archipiélago en dos territorios diferentes,  cada  uno  con  su  propio  “gobierno. Por  un  lado  Malvinas  y   por  otro  Georgias y   Sandwich del Sur. Pero estas dos   últimas islas  siempre  han  constituido  un  territorio  sin  población  local estable  y  originaria  y  la  excusa  que  los  gobiernos  británicos  han  esgrimido  y  esgrimen  para  no  negociar  bilateralmente  con  nuestro  país   la  soberanía  del  Archipiélago  reiterando  la  voluntad  de  los  isleños  en  contrario,  no  puede  ser  aplicada  a  ellas. Se puede apreciar entonces, que  esto  marca  una    gran  contradicción. 
Esta “división” del Archipiélago  trajo  aparejada  la  instalación  de  dos  bases  militares:  una  en Malvinas y la otra en las  Georgias y Sandwich  del  Sur. Ellas interactúan  y  se  complementan.    Esta  decisión,  englobada  bajo  la  excusa  de  la  “defensa  de  los  derechos  de  los  isleños  “autóctonos””, obedece  a  razones  no  siempre  fácilmente  percibidas.  Pero  es  evidente que    Gran Bretaña,  a través de los acuerdos firmados con su aliado , EE UU, y con sus socios  europeos a través de la OTAN  (ver documentación de referencia al final de este trabajo),  se vio compelida a un cambio parcial de su estrategia en la Región para satisfacer las necesidades estratégicas impuestas por sus  socios,  además de  las  suyas  propias.  Por ello es que obstinadamente, pese a todas las solicitudes de la comunidad mundial,  se niega a negociar con la Argentina.
La base militar británica en las Malvinas sirve a varios  propósitos   no  siempre  confesados.  El  más  “inocente”  es proveer  apoyo  a la población exógena y endógena de las Islas y complementariamente a los intereses económicos de la antigua compañía monopólica de ellas, la Falkland Island Company,  cuyos dueños  viven  en  Europa.   Esta compañía se diversificó en varias empresas de servicios para proveer transporte, turismo, vivienda y alquiler de vehículos en las Islas,  explorar y explotar hidrocarburos,  continuar el antiguo negocio lanar del lugar e implementar  el nuevo de la pesca depredadora.   El  verdadero y oculto objetivo  es operar como base de apoyo y de proyección geoestratégica  de la OTAN con la triple misión  de controlar el transporte de materiales estratégicos (por ejemplo hidrocarburos), favorecer a las compañías europeas en la exploración y la explotación de recursos no renovables y renovables en la plataforma continental sudamericana  y condicionar el acceso hacia y desde el Atlántico al Pacífico y desde el Atlántico hacia la Antártida de acuerdo con el nuevo concepto estratégico expresado por la OTAN para el año 2010 y con la geoestrategia marítima de la Unión Europea 2009.(Ver los documentos de referencia al final de este escrito)
 En  la base emplazada en las  Islas  Georgias  y  Sandwich  del  Sur  sólo  viven  los militares  de  esa base y los “científicos” de la British Antartic Survey, y tiene como  objetivo  fundamental desarrollar la proyección europea de reclamo de soberanía sobre la Antártida y controlar el acceso a ese continente.  Todos” pobladores” recientemente implantados. Todos personal militar.   Además las  Georgias constituyen ahora el  punto  de  apoyo  desde  el  cual  los  británicos  reclaman tener derechos  territoriales  sobre  la  Antártida.
Cabe advertir  que  estas  Islas  están  emplazadas  en  la  región  subantártica  por  lo  que    la  militarización  de  ambas  vulnera  lo  establecido  en  el  Tratado  Antártico.    ¿Será posible que las Naciones Unidas hagan “la vista gorda”?   Gran  Bretaña  sabe  que  es  difícil  ocultar la transgresión efectuada y es  por  ello  que  para   disimular sus reales intenciones,  declaró en el año 2011 una zona de exclusión de un millón de millas marinas alrededor de las   Islas” como reserva natural y ecológica para defensa del medio ambiente y la biodiversidad”.  Con esto,   según el  gobierno  británico,  la base militar Georgias se dedica a la protección del medio ambiente y no militariza  de ninguna manera a la Antártida.  Todo ello como por arte de magia. Ante tales evidencias no puede tener sentido que la Argentina continúe siendo un aliado “extra OTAN”,  tal como lo negoció Menem durante su presidencia.
La  “Estrategia  de  Seguridad  Nacional”,  elaborada por  Gran  Bretaña  en  2010 , establece  que  la  demanda  por  el  control  y  acceso  a  los recursos  naturales  generará  conflictos  entre  los  países  por  el  control  de  los mismos;  sobre todo  por  agua dulce,  alimentos,  tierras  raras,  útiles  para  la  industria,  especialmente  para  la  tecnología  militar, todo  lo  cual puede afectar  grandemente  a sectores de su población y a los  industriales ingleses.   Determina  que esta situación    obliga  a  proteger   los  intereses  británicos  alrededor  del mundo,  llegando  incluso  al  uso coercitivo  de  la  fuerza  si  fuera  necesario.
  Para  ello  mantendrá  permanentemente  operativas  las  bases  que  se  encuentran  en  Gibraltar, Chipre,   Ascensión  y  en  las  Islas  Malvinas;  y  será regular  el  mantenimiento  en Georgias  y  Sandwich  del  Sur  y  Diego  García.  Estas  bases,  junto  con  las  que  posee  en  Canadá,  Kenia  y  Brunei   sirven  de  apoyo  y  soporte  logístico  al  despliegue  británico   alrededor  del  mundo.  Malvinas,  Ascensión  y  Diego  García,  esta  última  en  el  Índico,  constituyen  el  trípode  de  control  militar  de  la  confluencia  Índico - Atlántico  y  Atlántico  - Pacífico.  SI ESTO NO ES MILITARIZAR LAS  REGIONES ,   DE QUÉ SE TRATA.
Tanto  las  Islas  Malvinas  como  las  Georgias  y  Sandwich  del  Sur  son  denominadas  como   NUEVOS  TERRITORIOS  DE  ULTRAMAR  y  por  lo  tanto  europeos. Este  status,  reconocido  por   la  Constitución  Europea,  transformada  en  el  Tratado  de  Lisboa,  les  había  sido  otorgado,   silenciosa  y  secretamente  por  Gran  Bretaña  en 1985,   cuando  el  Archipiélago  fue  dividido.   El  Anexo  II  del Tratado de Lisboa muestra  los territorios de ultramar que son considerados europeos y beneficiarios de las políticas económicas de la Unión Europea de acuerdo con el Capítulo IV del Tratado, lo que les proporciona tarifas preferenciales, asistencia al desarrollo y a su manutención, incentivos económicos, propiciando el desplazamiento de nacionales europeos hacia  aquéllos y favorece a las  compañías europeas que actúan en dichos territorios en detrimento  de los derechos de los países que están más geográficamente próximos a los  mismos. Actualmente son sólo cuatro  los territorios del Anexo II que están bajo  disputa de soberanía. Tres de ellos son territorios  coloniales  ingleses   y  uno  francés.  Dentro  de  los  primeros  se  encuentran  las   Islas  Malvinas y  las  Islas  Georgias  y  Sandwich  del Sur  que  conforman  cada  una  por su  parte  una unidad  territorial.   En todos ellos Gran Bretaña instaló,  como acotamos, bases militares estratégicas al servicio de la OTAN.
 Además  agregó como territorios de ultramar sectores  de la Antártida por los que sostiene reclamos de soberanía, pese a que esos reclamos están congelados por el Tratado Antártico.  Esos espacios se superponen a los reclamados por Argentina  y  Chile.  Es inaceptable que ellos se presenten falsamente como gobiernos locales asociados, ya que sólo responden a los intereses, el mantenimiento y la seguridad común de la Unión Europea.   Por todo  ello América  Latina  y  El  Caribe,  y  especialmente  Sudamérica, no deben aceptar el  status  de   territorios autónomos asociados para las  Islas   Malvinas y Georgias y  Sandwich  del  Sur    pues  ellas son administradas colonialmente por Europa con sistemas preferenciales para, con y desde Europa.  Claramente constituyen  un problema de la UNASUR, del CONSEJO SUDAMERICANO DE DEFENSA  y  de  la  CELAC.  El decaído TIAR no sólo no se ocupa sino que opera como cómplice de esta conspiración.  Mientras  todo ello ocurre ante nuestros ojos, personeros  de  adentro,  en  clara  alianza  con  los  de  afuera,   tienen a  la  opinión  pública  entretenida  ocupándose del “ gran  problema “ que  ha  generado  un  atleta  argentino  entrenándose  en  ¡las  Islas  Malvinas  Argentinas!.
Por todo  lo  expresado podemos  inferir  que la negativa británica para solucionar pacíficamente la disputa por   la  soberanía en la cuestión Malvinas está solamente justificada en  la  imperiosa necesidad de mantener militarizado el Atlántico Sur para  asegurar sus  fines  y  los  de  sus  socios  de  la OTAN. Ello  choca manifiestamente con los postulados del SIAD (Sistema Interamericano de Defensa)  patrocinado por  EE  UU, que a su vez patrocina a  la OTAN. No quedan dudas del  ADN del gran organizador del descalabro  y su principal beneficiario.
Pero aún hay más. En el  año 2010  la  OTAN  amplió el que llamó  campo  de  amenazas  a  la  paz  y  a  la  seguridad  de sus  estados  miembros  al  incorporar a ellas al  clima,  la  energía  y  los alimentos.  A  partir  de  entonces se establecieron    las  cuatro  prioridades  actuales que  son:  la  ciberdefensa,   la defensa  energética,  la  seguridad  climática  y  la  cooperación,  especialmente  geoestratégica  para  hacer  frente a  esas presuntas “amenazas”.    Esta  nueva  política  de  defensa  y  seguridad  de  la  Unión Europea y  las nuevas prioridades  de  la  reformulada  OTAN  incluyen   fundamentalmente, cuando  se  observan  y  analizan  detenidamente,  la  competencia por los RECURSOS NATURALES necesarios para sostener la energía, la alimentación y la economía de Europa.  En  un  mundo  donde  los recursos  naturales  son  cada vez  más  escasos   y  están  cada  vez  más codiciados, la  búsqueda  de respuestas militares a amenazas no militares a la seguridad de los pueblos no es para nada inocente.  La mayor parte de esos  recursos  naturales  los  tienen los  africanos  y  nosotros,  los  latinoamericanos  y  caribeños.  Todo  un tema  para  UNASUR,  el Consejo Sudamericano de Defensa  y  la  CELAC y porque no ,  para  la Unión de Países Africanos.
Por todo ello la existencia de   las  bases militares británicas  en  las  Islas  Malvinas  y  Georgias  del  Sur   a menos de 400  kilómetros de las costas continentales de Argentina  y  por  ende de  América del Sur representa una amenaza a la libertad y a la sustentabilidad económica de toda  la Región y no sólo de nuestro  país.
Es pues imperativo que se presione en conjunto para que la Unión Europea actúe en consecuencia y retire del Anexo II del Tratado de Lisboa los  territorios presuntamente  ingleses sobre los cuales penden reconocidas disputas por la soberanía. Dos de ellos son las Malvinas y las Georgias y Sandwich del Sur.  América   Latina  y  El  Caribe,  a  través  de  UNASUR ,  el  ALBA  y  la  CELAC  debe acompañar a la Argentina en su reclamo a Europa para  que  estos territorios sean  retirados  del Anexo II. Una presencia política,  comercial, territorial y especialmente agresiva militar europea en  Nuestra  América ,  es una amenaza a nuestra  libertad, desarrollo sustentable, paz, cooperación regional y protección de nuestros  recursos naturales renovables y no renovables.   ¿Ayudará  Europa  a resolver  el  conflicto o  aprovechará  la  situación  para  quitarnos  libertad y  alternativas  intentando  un  retorno  al  12  de  octubre  de   1492?  El Tratado  de  Lisboa  se  reabre  a  discusión  en 2013.   ¿Europa  le dará   una  oportunidad  a  la  paz  en  el  Atlántico  Sur, o ante el desmantelamiento del falso “Estado de Bienestar” creado por los “mercados”,  intentará revitalizarlo con la usurpación de los recursos naturales  que  poseen  aquellos  países a  los  que  llamaron  durante  el  Siglo  XX “Tercer Mundo”  y  hoy denominan  del  “Hemisferio Sur”?
PRINCIPALES DOCUMENTOS ANALIZADOS: (PUEDEN CONSULTARSE EN LA WEB)
TRATADO DE LISBOA. 1º   DICIEMBRE DE 2009  (ANTES  CONSTITUCION EUROPEA).
STRATEGIE POUR LA MISE EN OUVRE EFFECTIVE DE LA CHARTE DES DROITS FUNDAMENTAUX POUR L UNION EUROPIENE.   19   DE   OCTUBRE    DE   2010.
STRATEGIC  CONCEPT  FOR  THE  DEFENCE  AND  SECURITY  OF  THE  MEMBERS  OF  THE  NORTH  ATLANTIC  TREATY  ORGANISATION.  2010
SECURING BRITAIN IN AN AGE OF UNCERTAINTY:  THE STRATEGIC DEFENCE AND SECURITY REVIEW.    OCTUBRE    2010.
ALLIANCE MARITIME  STRATEGIC  -   NATO DEFENCE PLANNING PROCESS  -    18 MARZO 2O11.
NATO  SUMMIT 2012.

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