La cantidad de fragmentos de plástico que flota en el
noreste del Océano Pacífico se multiplicó por cien en los últimos 40 años.
Científicos del Instituto Scripps de Oceanografía en Estados
Unidos compararon la basura plástica que llega hasta las aguas de California
con registros anteriores.
"No esperábamos encontrar algo así", dijo Miriam
Goldstein, una de las investigadoras.
"La situación en el Pacífico Norte puede ser muy
variable. Nos sorprendió mucho encontrar un patrón y un incremento tan notables
y tan claros", dijo la científica a la BBC.
Insecto inesperado
El plástico que no se hunde es lentamente degradado y
fragmentado por la acción del sol y las olas, dando lugar a múltiples trozos
del tamaño de una uña o menores.
Una de las grandes preocupaciones de los científicos es que
este micromaterial sea ingerido por organismos marinos.
Pero los investigadores de Scripps constataron otra
consecuencia inesperada.
Los fragmentos hacen más fácil que un insecto marino,
Halobates sericeus, ponga huevos en el océano.
Estos insectos necesitan una "plataforma" para
realizar esta tarea. En general depositan sus huevos sobre las plumas de las
aves marinas o trozos de roca pómez. Pero el insecto se está beneficiando
claramente de las superficies ofrecidas por los millones de trozos de plástico
en el Pacífico.
Los científicos encontraron un vínculo entre la presencia de
Halobates y el microplástico que no resultaba evidente hace 40 años.
"Pensamos que habría menos Halobates por un posible
efecto tóxico del plástico. Pero ocurrió lo contrario. En las áreas con más
plástico se encontraba también la mayor cantidad de insectos", dijo
Goldstein a la BBC.
"Obviamente se están congregando en torno del plástico,
depositando sus huevos sobre este material. Todo este plástico le ha resultado
muy útil a los insectos".
Los datos fueron obtenidos por Goldstein y sus colegas
durante la llamada Expedición Scripps sobre la Acumulación de
Plástico, Seaplex por sus siglas en inglés, que tuvo lugar en la costa de
California en 2009. Los científicos compararon luego la información con datos
desde la década del 70 recogidos por otras misiones.
La acumulación de residuos plásticos en el Pacífico Norte es
un problema cada vez más preocupante.
La circulación natural del agua en esa zona del océano,
conocida como el Giro o Remolino del Pacífico Norte o North Pacific Gyre tiende
a concentrar la basura en islas flotantes. En el noreste del Pacífico puede
verse una de estas concentraciones entre Hawaii y California.
Un estudio anterior de otros científicos de Scripps mostró
que el 9% de los peces recogidos en la misma expedición Seaplex tenían
fragmentos de plástico en el estómago.
Esa investigacion, publicada en Marine Ecology Progress
Series, estimó que los peces en profundidades intermedias en el Pacífico Norte podrían
ingerir entre 12.000 y 24.000 toneladas de plástico cada año.
Cambios inquietantesLa toxicidad es el problema apuntado más
comúnmente, pero Goldstein y sus colegas señalan que el plástico tiene otros
impactos más amplios en el ecosistema que deben ser estudiados.
La abundancia de basura influirá el éxito o fracaso de las
llamadas comunidades balseras, especies que se han adaptado a vivir sobre o en
torno a objetos flotantes en el mar, como ciertos cangrejos y percebes o
crustáceos e incluso peces que prefieren vivir bajo algún tipo de protección.
Los investigadores estiman que la presencia de plástico es
tan masiva que podría afectar también a los organismos marinos más diminutos.
"El estudio plantea una cuestión inquietante. ¿Qué
efecto está teniendo el incremento de superficies firmes en el océano
abierto?", dijo Goldstein a la
BBC.
"En el Pacífico Norte, por ejemplo, no hay grandes
cantidades de algas flotantes como en el Mar de los Sargazos en el Atlántico
Norte.
Y sabemos que los animales, las plantas y los microbios que
viven sobre superficies firmes son diferentes de las que viven flotando en el
agua".
"Lo que ha hecho la basura de plástico es agregar
cientos de millones de plataformas duras al Océano Pacífico. Estamos hablando
de un cambio muy profundo".
Los junto con Goldstein, los autore del estudio son
Marci Rosenberg, estudiante de
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