miércoles, 10 de agosto de 2011

Inglaterra vive cuarto día de disturbios pese a despliegue policial

Pese a las medidas de seguridad que anunció el primer ministro del Reino Unido,  David Cameron, para detener las protestas en Londres, capital británica, miles de personas causaron nuevos incidentes este martes en las ciudades de Birmingham, Manchester, Salford, West Bromwich y Wolverhampton.
 Cientos de jóvenes protagonizaron saqueos, choques contra la policía y hasta incendiaron un edificio municipal, a pesar de que 16 mil agentes salieron a las calles tras la orden emitida por Cameron para intentar cotrolar la situación.
 En Manchester (norte), unos dos mil jóvenes se enfrentaron a la policía, en los primeros altercados en esta ciudad después de tres días seguidos de saqueos y enfrentamientos violentos entre manifestantes encapuchados y los cuerpos de seguridad en distintas localidades.


Los disturbios tuvieron lugar en una de las calles principales del centro de Manchester, donde se incendiaron locales, mientras un centenar de personas entraron en un centro comercial y saquearon varias tiendas.

Tras los incidentes, los comericos de la zona centro cerraron sus puertas y el tranvía dejó de funcionar.

En Salford, un barrio a las afueras de Manchester, los manifestantes incendiaron algunos carros y un grupo de jóvenes encapuchados se enfrentó a la policía arrojándole piedras.

Este brote de violencia se produce después de que Londres haya sufrido una ola de disturbios incontrolados desde el pasado sábado y de que estos se extendieran desde este lunes también a la segunda ciudad del Reino Unido, Birmingham, donde hay informes de vehículos quemados y comercios asaltados.

En West Bromwich (oeste), unas 200 personas, protegiéndose detrás de barricadas, lanzaron proyectiles contra las fuerzas de seguridad, incendiaron vehículos y saquearon negocios. Una situación similar se registró en Wolverhampton (norte).

Desde el inicio de los disturbios, el sábado por la noche en el barrio de Tottenham, en el norte de Londres, ya fueron detenidas 650 personas por su presunta implicación en esos actos vandálicos y unos 111 agentes de policía resultaron heridos.

El origen de las manifestaciones se basan en el reclamo a la justicia, por la muerte de Mark Duggan, de 29 años quién fue muerto a tiros por la policía el pasado 4 de agosto.

La versión policial asegura que Duggan estaba armado y que murió durante un tiroteo, desencadenado después de que una bala alcanzara la radio de uno de los agentes. Sin embargo, según reportó el diario The Times, un testigo dijo que Duggan fue muerto de un disparo tras ser reducido en el suelo por la policía.

Por su parte, el diario The Guardian señaló que el análisis de balística del proyectil que dañó la radio de la policía, concluyó que procedía de un arma policial. La policía aún no se ha pronunciado sobre esto.

Entretanto, los cuerpos de seguridad calificaron la muerte de Duggan como un hecho "absolutamente lamentable" y la Comisión Independiente de Quejas de la Policías abrió una investigación.Por otra parte, Señaló que la ayuda para mitigar la hambruna “llega a cuenta gotas por lo difícil que es entrar a este territorio”.

“Las condiciones de seguridad son máximas para traer hasta aquí la ayuda alimentaria (…) La gente dice que 'estamos viviendo en un infierno' como nos dijo una enfermera,”, indicó.

“Nos siguen a donde vamos (…) Creo que son las condiciones que se les aplican a las personas que llevan ayuda”, dijo el periodista.

Hernández indicó que “todo es confuso, insurgentes de Al Shabab siguen supuestamente controlando el sur de Somalia y las autoridades quieren asegurar que Mogadiscio está controlado”.

Comentó que en la nación africana “existe una guerra que está afectando a la sociedad civil afectada por el hambre también”.

Al menos 14 personas, entre ellas tres niños, murieron este lunes como consecuencia de los enfrentamientos de las tropas gubernamentales y de la Unión Africana (Amisom) con combatientes de Al Shabab aún presentes en Mogadiscio.

Ante esta situación, el Gobierno somalí ofreció este martes una amnistía a los insurgentes islamista que permanecen en Mogadiscio, para que pongan fin a la violencia y se “unan al pueblo y sociedad” para lograr la paz y enfrentar la crisis de hambruna en esa nación, informó el portavoz gubernamental Abdirahman Osman.

Somalia vive en una permanente guerra civil y carece de un Gobierno efectivo desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país en manos de tribales, milicias islámicas e incluso de bandas de delincuentes armados.

El conflicto armado en Somalia ha agravado la situación de hambruna creada por la sequía, la peor en la zona en 60 años, según la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La consecuente hambruna que azota al Cuerno de África mantiene a más de 11 millones de personas en situación crítica en la región.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados (Acnur) envió este lunes, por primera vez en cinco años, un avión con más de 30 toneladas de ayuda en forma de tiendas, mantas y utensilios de cocina a Mogadiscio.



teleSUR/kg-PR

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